lunes, 11 de marzo de 2013

Capítulo 18: Fuego.

 Damon se recostó contra la pared y se cruzó de brazos, necesitaba eliminar la energía que tenía demás y se sentía inquieto. Por suerte no tuvo que esperar por mucho tiempo. Luca era rápido, aunque estaba seguro de que Erín había notado su exceso de energía no deseada y le había metido prisa al muchacho. Lo siguió por los corredores en silencio hasta una sala bien equipada para un duro e intenso entrenamiento. Sin encender la luz, pues no la necesitaba, se internó en ella y en cuanto comenzó con los ejercicios se encontró como en casa, en apenas unos segundos volcó toda su concentración en lo que hacía olvidándose de Luca por casi por completo.

 Llevaban allí un par de horas y Damon se sentía frustrado seguía cometiendo errores mínimos en sus ejercicios, pero él sabía que esos errores le podrían costar la vida en una batalla. Bloquear el dolor de sus heridas con sus artimañas psíquicas no había sido la mejor de sus ideas. Tenía más fuerza de la debida y era más rápido de lo habitual, lo que no indicaba nada bueno. Debía corregir esos errores y descargarse cuanto antes. En su interior se reprochaba el haber esperado tanto tiempo para alimentarse y así poder curarse. Sus instintos básicos de supervivencia había tenido tiempo de sobra de sacar a relucir sus más primitivas habilidades y en alguien como él, una cosa así nunca era buena señal.

 Aproximadamente una hora más tarde, después de haber castigado su cuerpo de forma indecible había eliminado una parte considerable de esa energía y fue entonces cuando escuchó cómo se abría y cerraba la puerta de la sala. Pensó que Luca se había ido y decidió intensificar su ritmo de ejercicios. Con movimientos bruscos y rápidos se acercó al otro extremo de la sala, creyendo podría ser un momento oportuno para averiguar si su puntería también había sido afectada. Por muy poco consiguió evitar impactar contra el cuerpo de Caroline, que se dirigía con paso lento hacia la figura inmóvil de Luca, quien miraba con pasmo una de las paredes del lugar. Damon frunció el ceño desconcertado y su sopor no hizo nada más que aumentar cuando Caroline se colocó junto a Luca para observar la misma pared.

 Intrigado se acercó a ellos, queriendo saber que misterio entrañaba esa pared. Pero su desconcierto no hizo más que aumentar cuando se encontró con la figura de la pequeña Cristal acurrucada contra aquella pared profundamente dormida. Él podía verla con nitidez pero estaba seguro de Caroline no vería más que un borrón donde debía estar el cuerpo de su hermana.

 Vio como suspiraba, probablemente por el cansancio, y acto seguido se agachaba junto a su hermana. Con gesto rutinario se colocaba un mechón del flequillo de tras de la oreja, antes de empezar a zarandear el diminuto cuerpo de Cristal.

 -Cielo, despierta- la instó Caroline.

 A Damon la escena le parecía surrealista  no dejaba de preguntarse qué hacía allí la pequeña oráculo, que no daba muestras de despertar.

 -Luca ¿Puedes encender la luz, por favor?-preguntó la rubia harta de agitar a su hermana.

 Con movimientos algo rígidos y tensos el muchacho se acercó al interruptor y encendió la luz. La reacción de Cristal fue inmediata. Se retorció un poco, abrió lentamente los ojos y puso las manos frente a su cara para protegerse de la luz , dejando atónitos a ambos vampiros que no esperaban una reacción como esa, y menos después de ser testigos de lo profundo que debía de ser su sueño.

 -Cristal, no puedes dormir aquí ¡Venga, arriba!- dijo con exasperación en la voz mientras se levanta para quedar de pie frete a ella.

 La pequeña miró a su hermana con el ceño fruncido, casi parecía que no entendía las palabras de Caroline, casi. Frente a Caroline surgió una esfera de fuego del tamaño de un puño, que salió disparada hacia ella. Damon reaccionó apartándola con rapidez de la trayectoria de la esfera, que se apagó justo antes de colisionar contra la pared opuesta a esa.

 Ambas hermanas tenían los ojos abiertos como platos por la sorpresa. Se miraron entre sí, todavía sin poder creer lo ocurrido y entonces Cristal rompió a reír a carcajadas. La expresión de Caroline también sugería risa pero estaba demasiado fascinada por ver como reía su hermana pequeña, como para carcajearse con ella. Por su expresión supo que Cristal debía reírse tan a menudo como él.

 -¿De qué se ríe?-Damon no pudo evitar realizar la pregunta.

 Caroline se mordió el labio inferior, intentando ocultar su sonrisa y se encogió de hombros, mientras su mirada descendía hasta el brazo con el que él, continuaba agarrándola de la cintura, y sus ojos se encendieron con secreta diversión. Damon y Luca se miraron sin comprender lo que ocurría.

 Cristal intentó de levantarse y Luca le ofreció su mano para ayudarla. La pequeña aceptó su ayuda y en cuanto estuvo en pie se acercó a ellos todavía riendo. De pronto agarró una de las manos de Caroline y alzó en alto para que él pudiera observarla sin dificultad.

 -Atiende- dijo dirigiéndose a Damon en exclusivo y serenándose en el acto.

 En su mano libre Cristal creó otra esfera de fuego, esta vez algo más pequeña, y la acercó lentamente a la mano de su hermana. Damon se tensó, pero Caroline permanecía entre sus brazos totalmente laxa, por lo que reprimió el impulso de volverla a apartar del fuego, aunque no sin mucho esfuerzo.

 Las llamas rodearon la muñeca de Caroline la adrenalina subió por sus venas, pero contra todo pronóstico las llamas no la quemaban. Al contrario, parecían adherirse a ella con mimo, y poco después descendieron en picado apagándose a escasos centímetros del suelo a voluntad de Cristal, que sonreía todavía divertida.

 -No puedo lastimarla ni aunque quiera, somos hermanas. Pero ha sido muy gracioso ver como tratabas de protegerla de mí.

 Damon frunció el entrecejo sintiéndose ridículo y soltó de inmediato a la muchacha.

 -¿Por qué has venido a buscarme?- preguntó Cristal cambiando radicalmente de tema.

 Caroline tuvo un momento de duda y dirigió una rápida mirada de soslayo a Luca, que no había intervenido en la conversación. Llevó las manos a su espalda y cambió el peso de un pie a otro antes de contestar.

 -Vi como Luca trataba de despertarte y... le quemabas.- tragó saliva antes de enfrentarse a la inexpresiva mirada de su hermana- Tú, le quemabas.

 Un cauto silencio se internó en la habitación Damon miraba a Luca que lucía serio e inmutable, como no lo había visto nunca. Este no quitaba la mirada de Cristal quien parecía haberse vuelto de piedra.

 -¿Viste cómo le quemé?- preguntó sin ningún rastro de la alegría anterior en su voz.

 -No, solo vi las consecuencias.

 Cristal asintió suavemente.

 -¿Por qué estabas durmiendo aquí y no en la habitación que se te dio?- preguntó Luca tratando de hacer más amena la tensión en el ambiente.

 -Era una habitación demasiado luminosa.- le contestó sin devolverle la mirada.

 Caroline esbozó una mueca escéptica que no pasó desapercibida para los dos varones.

 -Una brizna de luz habría sido demasiado luminosa para ti- murmuró frustrada por lo que parecía una discusión antigua.

 -Puede - respondió Cristal encogiéndose de hombros.

 Caroline hizo rodar sus ojos y como si supiera que no ganaría nada entrándole al trapo a su hermana, la agarró del brazo.

 - Vayámonos anda, dejémosles entrenar- resignada tiró de Cristal - ¿Has comido?

 -No, no tenía hambre.

 - Vas a ir a comer algo ahora mismo ¿Me oyes? Violeta te dijo que tenías que comer.

 Esta vez la que suspiró resignada fue Cristal.

 -Está bien - respondió escueta.

 Juntas comenzaron a cruzar la sala, pero al llegar al marco de la puerta Cristal se paró en seco y miró a Luca por primera vez desde que Caroline le había dicho por qué había ido en su busca.

 -Lo siento -susurró y en sus ojos se reflejó una profunda pena que los sorprendió a ambos.

 La pequeña abandonó la habitación segundos después, pero Luca continuó petrificado mirando hacia el marco de la puerta unos cuantos minutos más.

 Por su parte, Damon le daba vueltas a lo que había ocurrido, mientras se preparaba para ejercitar su puntería. No sabía que las hermanas no podían herirse entre sí. Claro que hasta el momento nunca había oído hablar de oráculos con hermanas. En su especie, solo uno de cada 10 bebés nacía mujer. Donde más nacían oráculos era entre las parejas humanas, pero aun así nunca había oído hablar de oráculos que tuviesen hermanas. Algo le decía que aún le quedaba mucho por aprender de ellas.

3 comentarios:

  1. No es un capítulo muy trascendental, pero lo subí como compensación por la larga espera. Espero que os guste.

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  2. Vaya, estos dos últimos capítulos han sido fascinantes. Primero, la caza de Damon ha sido impactante, se ve que no se anda con chiquitas. Por otro lado, me he muerto de amor cuando Cristal dormía en la sala de entrenamiento. ¿Acaso puede ser más adorable? *-*
    Espero que sigas muy pronto :3
    Emily.

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    1. Si Damon es así xDD y a demás estando como estaba aún es más brutito, el pobre. Por otro lado, no entiendo por qué es adorable que Cristal duerma en la sala de entrenamientos. Pero si te lo parece debe ser verdad jajaja lo intentaré.

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