jueves, 22 de noviembre de 2012

Capítulo 15: Prueba.

 Nada de todo aquello era bueno, desde el punto de vista de Alison. La situación se desmadraba y se le iba de las manos. Cuando había llevado a sus hermanas a la base, solo pensaba en apartarlas de Damon. Sí él conocía el carácter de los poderes de sus hermanas, podría elegir someterlas a su dominio, igual que otros habían hecho en el pasado con ellas, para que hiciesen lo que él quisiera. De hecho, a Alison le sorprendía que Damon se molestase en buscar cualquier tipo de negociación, si con un simple pensamiento podía conseguir lo que quisiera de todos ellos. No entendía sus razones para no emplear sus poderes, pero las agradecía y rezaba porque fueran sólidas y férreas.

 Paseó la mirada entre sus hermanas y lamentó profundamente toda aquella situación. Lo último que quería era verlas en peligro y parecía que se encontraban al frente de una guerra.

Comprendió que Cristal ya había tomado una decisión, e iba a hacer todo lo que estuviese en sus manos para ayudar al Círculo en su lucha. Alison sabía que tratar de que cambiase de opinión sería tan inútil como hablar con una pared y esperar respuesta, así que ni siquiera lo intentó. Suspiró y meneó la cabeza tratando de desterrar los horribles pensamientos que intentaban invadir su mente.

 -Te escuchamos, Cristal ¿Qué hay que hacer para conseguir esa piedra?- preguntó Erin. Alison temía escuchar la respuesta a esa pregunta. Pero a pesar del temor, no se le escapó el detalle de que la voz de Erin parecía mucho más dura de lo habitual, y el hecho de que su hermana se había tensado un poco más con cada una de las palabras de su compañero.

 -¿Y bien?-preguntó Alison convencida de que Cristal no contestaría, al menos no a Erin, la animosidad entre ambos era demasiado evidente.

 -La piedra está guardada en Ciye- la impresión causada por sus palabras les afectó a todos aunque a distintos niveles- En la cámara de Ebriz.

Alison sintió la sangre huir de su rostro, Ciye era la mayor central del Consejo y solo se abrían sus puertas a los más altos cargos de la sociedad vampírica. La corrupción de la que estaba hablando Cristal, era muy superior a la que ninguno de los presentes había imaginado.

 Lo pensó con detenimiento. Sí alguno de esos altos cargos conseguía de alguna manera hacerse con el dominio de un Antiguo, podría alzarse en una lucha por el poder absoluto de las Turvas de Boston. Pero las demás comunidades del mundo se levantarían en su contra para detener su avance y no llegaría muy lejos. No era la única que había llegado a esa conclusión y de alguna forma Cristal se dio cuenta de ello.

 -Pudisteis vencer a los Antiguos en el pasado porque estaban tan cegados por la sed y la necesidad de sexo, que solo usaron la fuerza bruta contra vosotros. Aún así se necesitaron todos los ejércitos posibles para vencer a un grupo de once Antiguos.

 -Todos éramos más jóvenes e inexpertos- protestó Erin defendiéndose.

 -Pero no menos letales. En el pasado tuvisteis la suerte de que por cada masacre que provocaban, violaban a toda mujer que se les ponía por delante, y entre ella había muchas oráculos. Gracias a eso eráis un número muy superior a ellos.

 -Llevaban casi 100 años sobre la tierra cuando esa guerra se produjo, creo que tuvieron tiempo más que suficiente para adaptarse.- encolerizado Erin, que le levantó la voz a una inmutable Cristal, que le lanzaba una dura mirada. Alison se propuso averiguar porque se llevaban tan mal esos dos. A través del enlace de sangre las emociones de Erin llegaban hasta ella, y sentía que dentro de él había demasiada rabia contenida, tenía la sensación de haberse perdido algo.

 -No, no fue suficiente para ellos y por una buena razón.- a pesar de su mirada la voz de Cristal sonó tranquila y eso erizó la piel de muchos de los presentes, casi era alarmante su pasividad- Pero este es distinto, ha tenido el tiempo suficiente para aprender a controlar su sed, está lucido, lleva en este mundo casi 200 años encarcelado, amamantando su ira.- hizo una pausa para que absorbieran sus palabras- No sabéis lo que hicieron en su propia dimensión con el poder de las runas.- su voz descendió una octava- Creo que no llegáis a comprender su poder- se soltó del agarre de Alison y se apartó el flequillo de la cara con la mano nuevamente libre, tratando de encontrar las palabras necesarias, suspiró- Para que lo entendáis, una sola runa es capaz de abrir un portal interdimensional ¿Tenéis idea de lo que eso conlleva? El  poder que se necesita para conseguir eso es inmenso. Os aseguro que ese Antiguo conoce muchas más, ninguna de ellas inofensiva y no dudará en usarlas.

 -Tiene razón, sí el Antiguo se hace con el control del portal, ya podemos olvidarnos todos del mundo tal y como lo conocemos.- sentenció Carline inmersa en los horrores que solo Cristal era capaz de imaginar. Alison se sentía mareada con todo aquello era demasiado para asimilar.

 -¿Cómo supo el vampiro cómo abrir esa especie de vórtice entre las dos dimensiones?- preguntó Damon rompiendo el repentino silencio.

 -No lo sé, yo no le vi a él- Cristal le repitió las mismas palabras que le había dicho a Ángel- Pero hay varias formas de llegar hasta esa información. El vampiro guardó la piedra en la cámara de Ebriz, ahí se encuentran todos los archivos de vuestra historia, si tiene acceso a ella no le habrá sido difícil.

 "Él, hizo algo.- la incomprensión llenó los ojos de Cristal- Algo que dominó al Antiguo durante un tiempo, sus recuerdos son muy borrosos y distorsionados, sobre todo por la confusión que le provocaba el cambio de dimensión. Así que no puedo deciros qué fue lo que sucedió a ciencia cierta. Solo sé que de pronto algo cambió como una lucha o algo parecido y el Antiguo logró escapar.- guardó silencio durante un breve instante, como si entrase en un trance para encontrase con recuerdos que no eran suyos-Hace una semana descubrió dónde se encuentra esa runa y ahora está buscando la forma de hacerse con ella. 

 -¿Y cómo la conseguimos nosotros antes?- la atajó Ángel. En ese momento el alivio y el espanto se acomodaron por igual en el pecho de Alison. Alivio porque Ángel parecía creer al fin en las palabras de su hermana y espanto porque eso solo lo hacía todo más real.

 -¿Creía que tú eras el estratega?- respondió Cristal alzando una ceja.

 -Si que lo es, y ya tiene varias ideas- añadió Caroline en apariencia distraída.

 Alison sabía que su hermana ya estaba estudiando las diferentes alternativas de futuro, en busca de la más conveniente o eficaz. Levantó la vista y vio como en el rostro de Ángel se dibujaba una sonrisa torcida, mientras que sus ojos, plateados relucían con una extraña emoción. Alison entrecerró los ojos no le gustaba que el vampiro mirase a su hermana de aquella manera. Sentía mucho aprecio por Ángel, pero bien sabía que su nombre bien podía considerarse una extraña burla del destino, y no podía pasarlo por alto.

 -¿Cómo lo ves?- preguntó Cristal intrigada.

 - Complicado, pero no imposible- dijo Caroline y a continuación miró a Cristal mordiéndose labio inferior. Alison sospechó que lo que Caroline iba a decir no sería del agrado de su hermana pequeña- Cristal, tú no puedes participar en esto.- la aludida guardo silencio- La única manera de entrar en Ciye es en el festival de  Routh, que es cuando quedan abiertas sus puertas a la mayoría de la comunidad.- Caroline miró a Cristal en busca de algún tipo de reacción o respuesta- Lo entiendes ¿Verdad?

 -Sí- el monosílabo quedó colgando en el aire.

 Si Cristal entraba en ese festival, no podría ayudarles en absoluto, su mente se perdería entre los pasados de las personas que acudiesen. Como siempre Cristal continuaba tranquila, pero sus ojos se habían oscurecido, y tanto Alison como Caroline supieron que le había dolido.

 -Luego podéis exponernos ese plan y decidiremos cómo actuar.- dijo Erin rompiendo el silencio.-. Pero ahora cumpliremos con lo pactado. Bryan.- la última palabra fue una orden en toda regla y Alison se abrumó al percibir la hostilidad de su compañero.

 Entonces su corazón se aceleró de golpe. Vio como Caroline se concentraba en sus visiones en busca de una explicación de lo que ocurría, y de pronto sus ojos azules iguales a los suyos se abrieron con horror en ellos dibujado.

 -¡No!- gritó Caroline, quien se levantó y dio un paso al frente para impedir el contacto entre Cristal y Bryan. Pero inmediatamente fue retenida por Damon que la agarró por la cintura.

En cuanto las manos de Bryan entraron en contacto con las de Cristal, en los ojos del vampiro pudo ver cómo se contraían sus pupilas dejando a su paso tan solo el iris rojo, y de pronto su cuerpo empezó a temblar. Las rodillas le fallaron y cayó al suelo. La inconsciencia no tardo en encontrarlo. Mas por suerte Ulrik reaccionó lo suficientemente rápido como para evitar que se golpeara la cabeza contra el suelo.

 Todas las miradas recayeron en Cristal, que se había quedado inmóvil, pálida y con horror pintado en su semblante. Ella se encontraba tan atónita como todos lo demás, a excepción de Caroline que se encontraba en ese momento muy ocupada fulminando a Damon con la mirada.

 -Se pondrá bien- soltó de improvisto, pero no por ello apartó la mirada de Damon.  

sábado, 3 de noviembre de 2012

La calle.

 Paseaba por las calle de noche, esas calles que había recorrido infinidad de veces desde que podía recordar. Ahí había crecido, esos altos edificios, algunos destartalados, agraviados por la mano del tiempo, y otros nuevos que contrastaban con los primeros, dejando una extraña visión de perspectiva. 

 Sonrió, pensando en cuantas veces se había fijado en el contraste de los colores de aquella calle, su calle. Pensó entonces en todos los momentos en los que había salido de su casa, perdida en sus propios pensamientos y emociones buscando una pequeña salida, algo lo suficientemente fuerte para atarla a la realidad, andando sin rumbo fijo y deseando encontrar algún lugar donde pudiera abandonarse así misma, encogerse y llorar, pero sin ganas de dejarse caer.

 Recordó los momentos en que había cedido al impulso de salir de su casa para recorrer aquellas, nacido de el simple hecho de haber visto llover desde su ventana, habiendo sentido la necesidad de salir corriendo y sentir la fuerza de la naturaleza sobre ella. Momentos en los que se había colocado los cascos de su ipod, y había paseado por su calle vacía por la lluvia, y había disfrutado de ser la única persona que se encontraba allí, deleitándose con el ritmo de su de la música atravesando su cuerpo, cada vez más mojada por pequeñas y fuertes gotitas de agua que igualaban la intensidad de sus dolorosos y felices sentimientos.

 Pero todos esos momentos habían sido acompañados de la imagen de una siempre brillante luna, que esta noche se ocultaba a sus ojos, había sido para ella, por muy extraño que pareciera, su refugio. Extrañaba ver relucir, en el oscuro cielo que le ofrecía la noche, el cuerpo celeste que más le gustaba. Las estrellas habían quedado ocultas por las nubes y la luz de las farolas. Lo lamento silenciosamente y continuó su camino.

 Esos edificios la habían visto crecer, las vivencias que había tenido pasar la habían hecho ser como era, veía adónde iba el rumbo de su vida y no podía negar que tenía miedo de lo que se podía encontrar, no sabría mucho de la vida, pero con lo que sabía le basta para saber que no iba a ser fácil, que posiblemente encontraría más cosas malas que buenas. Pero también sabía que las pocas cosas buenas que se encontrara valdrían la pena, y seguiría adelante tal y como siempre había hecho. Inspiró profundamente y cerró la puerta de su portal.  




Angie.