miércoles, 22 de agosto de 2012

Capítulo 13: Negros Recuerdos.

 Caroline se había acurrucado cerca de la pared de agua, y trataba con todas sus fuerzas de no hundirse en la marea de los recuerdos que Damon había desatado. Extendió la mano dejando que el agua la envolviera en su fino manto, y una imagen lacerada la golpeó con la fuerza de un huracán. Su mano se convirtió en un puño, que dejó caer lentamente y se obligo a mirar dentro de aquellos recuerdos, para poder salir del abismo que se había anclado en su alma.

 Ellas eran unas niñas, habían vivido con su abuela desde el nacimiento de Cristal. Caroline había visto como los vampiros, integrantes de la Sorcen, mataban a su abuela días antes de que sucediera. Al contárselo, su abuela había hecho los preparativos para marcharse de la ciudad, pero en aquel entonces Caroline solo tenía 8 años y sus visiones no eran en absoluto exactas. Las tres habían ido a despedirse de un gatito que habían alimentado durante meses. Cuando volvieron a casa, hallaron a su abuela muerta. Al principio la conmoción las embargó, pero pronto comprendieron que allí no estaban a salvo.

 Desde ese momento, las tres pasaron a vivir en la calle, pues temían ser encontradas por la Sorcen sí dejaban que los tribunales humanos las enviaran a algún orfanato. Entre las tres habían conseguido mantenerse con vida. Alison y ella planificaban pequeños hurtos para conseguir comida. Caroline estaba constantemente atenta a sus visiones, para que ni los renegados descontrolados ni la Sorcen, las cogiesen por sorpresa. Cristal, a pesar encontrarse en la tierna edad de 6 años, las protegía del frío por las noches, mostrando un férreo control sobre el fuego que era capaz de producir. Pasaron así un año, algunos meses con más hambre que otros, pero sobreviviendo al fin y al cabo.

 Hasta que una noche, mientras Alison y ella planeaban como podían hacerse con comida para el día siguiente, Caroline vio como Cristal era atacada por un renegado. De inmediato Alison las teletransportó, a ambas, al lugar exacto donde se encontraba su hermana pequeña, quedándose exhausta.

 Caroline fue la primera en divisar al renegado y usó su poder para congelar al vampiro, antes de que pudiera acercarse lo suficiente a Cristal como para que ella se diera cuenta de lo que pasaba. Lo siguiente que vio Caroline fue como Cristal se convulsionaba, seguramente reviviendo la vida de su casi agresor. Fue lo último que vio en tres días, pues apenas tenía 9 años y la constante energía que empleaba en las visiones, junto con el hecho de haberse visto obligada a congelar a un vampiro, le provocaron grandes fiebres, y durante ese lapso de tiempo tan solo era consciente de que alguien la alimentaba.

 Cuando despertó, Alison había llegado seguida por los vampiros de la Sorcen que las encarcelaron. Al principio, estaban las dos juntas, sin Cristal. Y Caroline le había pedido explicaciones a Alison. Quizá no de la mejor manera, pues el no saber nada de Cristal estaba masacrando su instinto protector, pero le había dado la oportunidad de explicarse. Sin embargo, Alison no dijo nada y cuando habló solo fue para decirle que no podía explicarle sus razones. Aquello le había dolido más que nada. Podría haber soportado cualquier cosa, menos la desconfianza de su hermana. No era estúpida y sabía que Alison no haría jamás algo como eso sin un gran motivo de peso. Ella las quería. Pero su silencio la hirió en lo más hondo, y nunca fue capaz de perdonarle eso.

 Durante los siguientes 3 años, habían sido obligadas a usar sus poderes en beneficio de aquellos que las encerraban. Lo primero que hicieron fue marcarlas y hacerles ver como marcaban a sus hermanas. Alison había gritado, su marca fue grabada en el omóplato derecho, era una rosa rodeada de espinosas zarzas que caían en vertical, no muy grande pero estaba hecha por un hierro al rojo vivo, y dolía como nada que pudiera recordar. A ella se la habían hecho en la parte izquierda del vientre bajo y había vomitado en cuanto la soltaron. Pero la más perturbadora había sido Cristal, a quien se la habían hecho en la parte baja de la espalda, y no emitió ni un solo ruido, sus ojos estaban cargados de dolor y miedo pero sin lágrimas. No exhaló ni un solo quejido, aunque luego tuvieron que arrastrar su cuerpo de nuevo a su aislada celda.

 A Caroline también la separaron de Alison. Fue drogada y atada a una cama para que solo pudiese centrarse en las visiones, ya que el resto de sus poderes habían sido calificados como inútiles o demasiado peligrosos. Y durante todo ese tiempo Caroline solo vio desgracias. Al principio había callado las cosas que podían perjudicar a la asociación, pero como castigo la habían torturado y obligado a ver como sus hermanas sufrían el mismo castigo, así que empezó contar sus visiones con sumo detalle.

 Aún así, podía ver como utilizaban a su hermana Alison y las cosas a las que sería sometida. Nunca había sido capaz de ver el futuro de Cristal y el no saber de ella la corroía por dentro. Cada una de las visiones que tenía sobre Alison fue como una estaca clavada en lo más profundo de su alma, no soportaba verla sufrir. Se había cansado de llorar sin parar y había perdido toda esperanza cuando todo acabó.

 Recordaba bien ese día, había empezado tan monótono como los demás, pero entonces unas llamas que arrasaron con todo, abarcaron su habitación. Caroline no entendía porque no había visto su propia muerte abrasada, y lamentó no poder despedirse de sus hermanas. Pero por extraño que pareciera, las llamas  no la quemaron, parecían evitarla. Caroline no podía usar sus poderes acuosos todavía bajo el influjo de las drogas, así que no entendía porque no había muerto quemada, como el resto de las personas que se encontraban en el recinto. Entonces, en una visión del futuro, vio a Alison junto a un manzano. La imagen hizo que saliera de su habitación, las ligaduras de su cama habían ardido como el resto de la base. Intentó correr pero a su cuerpo le resultaba del todo imposible, hacía demasiado tiempo que únicamente se movía por las noches. Cuando alguno de los vampiros residentes la sacaba a pasear para que sus músculos no se atrofiaran, y el efecto de las drogas tampoco la estaba ayudando.

 Aún ahora, Caroline no sabía cuánto tiempo había pasado vagando por los incendiados corredores. Hasta que llegó a una sala donde encontró a sus dos hermanas, ninguna sana. Allí encontró también la explicación al extraño comportamiento de las llamas. En el centro de la habitación, inmensas oleadas de fuego giraban en espiral rodeando el cuerpo de Cristal. Nunca había visto algo así. Alison y ella empezaron a intentar llegar hasta Cristal, pero fue inútil. Las llamas habían sido provocadas por ella de eso no cabía duda. Sino ni ella ni Alison se encontrarían a salvo, y la estructura del edificio habría cedido. Caroline comprendió que incluso sumida en ese estado de total desenfreno Cristal quería protegerlas.

 Próximo a ellas se encontraba inconsciente un vampiro moreno, que a Caroline le resultó extrañamente familiar. No se preocupó por lo que él podría hacerles, vio claramente que no se despertaría en días.

 Permanecieron en silencio observando a Cristal durante varias horas, en las que Caroline pudo ver lo hundidos que estaban los pómulos de sus dos hermanas. Sabía que de alguna forma habían conseguido evitar que Alison se teletransportara a cualquier sitio, y que no habían dejado explotar su capacidad para crear electricidad. Pero no tenía ni idea acerca de los tratos a los que habían sometido a Cristal. Con el tiempo se había dado cuenta de que la Sorcen conocía a la perfección sus poderes y los de Alison antes llegar allí, pero no sabían nada acerca de los de Cristal. Lo había descubierto al visualizar algunas de las conversaciones entre los vampiros, pero no tenía idea del motivo. Solo sabía que por eso la habían apartado de ellas en una primera instancia, querían estudiarla.

 Cuando salió de su trance y las llamas dejaron de rodearla Caroline y Alison, mediante una especie de comunicación silenciosa se la llevaron.

 Alison las telestransportó a una azotea de las afueras de Carolina de Norte donde habían estado solo una vez de pequeñas. Cuando Cristal despertó parecía estar recluida dentro de su mente y eso las aterraba. Cristal había crecido muy poco en esos tres años, al contrario que ella y Alison que incluso habían empezado a desarrollarse. Sin embargo solo tenían solo 12 y 13 años, y estaban asustadas, tenían miedo de que volvieran a encontrarlas.

 Cada vez que Alison recuperaba las fuerzas saltaban a un sitio diferente, y un día en Bangor, Cristal volvió a ellas. No era la misma de antes, pero al menos hablaba y se daba cuenta de las cosas que pasaban a su alrededor, aquel lugar había traído la vida hasta Cristal. Ninguna fue capaz de preguntarle qué era lo que había pasado el día del incendio, temían que volviera a recluirse en su mente.

 Cristal veía el mundo con nuevos ojos, pero su carga era mayor que la de sus hermanas, pues cada día tenía que sobrellevar sus recuerdos, los de sus hermanas, los de la gente que iba conociendo y las que ya había conocido. Hasta ese momento, tanto Alison como Caroline habían sido ignorantes de lo que eso debía suponerle.

 Cuando Cristal fue consciente de la tensión entre sus dos hermanas mayores, intentó arreglarlo todo y quiso contarle a Caroline lo que había pasado. Alison se había enfadado y Caroline no dejó hablar a Cristal. Le explicó que eso no era lo que le importaba, le hizo entender que era lo que todavía dañaba su corazón y le pidió que no le contara nada. Porque sabía que sí se lo contaba ella y no lo hacía Alison el lazo que la unía a ella terminaría de romperse. Entonces Cristal le pidió a Alison que hablara con Caroline, pero no obtuvo ningún resultado. Al final se rindió, pero eso la hizo volverse más taciturna y ambas hermanas se inquietaron por igual. Acababan de recuperar a Cristal y no querían perderla de nuevo.

 Una noche, sorprendiéndolas desmesuradamente, Cristal lloró apoyada contra la ventana, no sabían cómo actuar. Pero entonces ella, hablando en tan solo unos susurros, les explicó que era lo que había desatado su fuego sin freno. Había visto al hombre que era su padre. Al parecer eso había hecho salir de lo más profundo de su subconsciente, la historia de su madre y la había hecho perder el control de todo. Cristal les explicó que ninguna de las tres tenía el mismo padre y no añadió nada más. Nunca volvió a salir el tema y jamás intentaron presionarla para que dijera más. Simplemente cuando Cristal se hizo mayor y cada una encontró una forma de ganarse el sustento, se separaron, hasta ahora. Nunca había perdido el contacto con Cristal, pero si con Alison. Y ahora estaban las tres allí, Caroline no podía creérselo.

 Unos golpecitos en la puerta la sacaron de sus recuerdos. Cristal apareció en la puerta con una humeante taza de chocolate entre las manos y su imagen le arrancó una pequeña sonrisa. Cristal le pasó la taza y se acurrucó contra ella.

 -¿Sabes qué es lo que va a pasar ahora?- preguntó tras unos minutos en profundo silencio.

 -Va a haber una reunión otra vez- Caroline tuvo que inspeccionar sus visiones para poderle dar esa respuesta.

 -Sí, porque he decidido que voy ayudar en esta guerra.

 -¿Por qué?-el miedo estaba impreso en su pregunta, Caroline no deseaba ver a su hermana pequeña envuelta en todo aquello.

 -Porque es importante- hizo una pausa- si algún día tengo hijos quiero que vivan mejor que yo, y para eso necesito un mundo mejor. ¿Me ayudaras a conseguirlo?

 -Siempre-no necesitó pensárselo dos veces, pero después de esa decisión, la embargó la necesidad de llevar la conversación a temas más ligeros- ¿Por qué no se lo has dicho directamente a Erin? Veo como acosan a preguntas al vampiro al que llaman Luca.

 Sin saber por qué una sonrisa se dibujó en ambos rostros.

 -Luca me gusta, pero Erin no.

 -¿Por qué te gusta Luca?

Cristal estiró la mano para alcanzar el agua que seguía cayendo.

 -Porque es sincero y bueno.- la mirada tierna que le dirigió Cristal nada tenía que ver con lo que estaban hablando. Iban directa a Caroline, a intentar proporcionarle consuelo, así se lo hizo saber cuando al terminar la frase le acarició el rostro con una de sus pequeñas manos.

2 comentarios:

  1. :O Ha sido preciosa, Angie...
    La historia de las tres hermanas me parece dolorosamente increíble, ha sido genial este capítulo!! Espero que sigas muy pronto :)
    Ahora ya comprendo mejor algunas cosas, pero todavía me cuesta querer a Alison... Sin embargo, esperaré para saber cuál fue el motivo por el cual no le contó a Caroline eso...
    ¡Sigue así! Un beso :)

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    1. Que conste que Alison es buena gente y se le acaba queriendo ya veras ;)espero seguir pronto pero aun tengo que aclarar unas cosillas. Y creo que no voy a subir más hasta que acabe los exámenes de recuperación así que siento hacerte esperar.
      ¡¡Un beso!!

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