miércoles, 27 de junio de 2012

Capítulo 8: Hermanas.

 Habían llegado a la central del Círculo cuando Damon se fijó en que la muchacha que aun tenía entre sus brazos había adoptado una expresión de burla, mientras la que debía de ser su hermana pequeña se encogía de hombros, esto le hizo entre cerrar los ojos, pero prefirió no hacer ningún comentario. Recompuso su expresión y siguió a los demás en silencio, mientras trataba de recordar el nombre de su prisionera. No le llevó mucho tiempo, Caroline, así se llamaba. Frunció el entrecejo y deseó poder apartarla de todos el tiempo suficiente como para acabar con su interrogatorio, pero sabía que no era el momento adecuado.

 Sin encontrarse con nadie por los pasillos, llegaron hasta una sala con puertas correderas de cristal. Entraron en ella y Damon se incomodó un poco al percatarse de lo inusual  de la habitación, todo era blanco. En el centro se encontraba una mesa larga con un tablero de cristal blanco mate, rodeada de sillas del mismo color. Las baldosas del suelo, las paredes y el techo no variaban ni siquiera en las tonalidades. Lo único que era diferente era una roja cafetera eléctrica y un dispensador de agua azul que estaban situados encima de un pequeño mueble blanco, ¡cómo no!, el cual se encontraba en la esquina derecha de la habitación. Dante a su lado siseó. A Damon no le extrañaba, la estancia en sí le ponía los pelos de punta.

 -Ulrik, ve a buscar a Luca- dijo Erin al vampiro que no hacía mucho se había revelado contra sus ordenes, lo que le hizo merecedor de una dura mira de reproche de este, pero aunque inconforme Ulrik obedeció y se marchó en busca de su compañero.

 Cerró la puerta tras él, Damon hizo un pequeño gesto con la cabeza apenas perceptible para que Dante se colocara a su lado. La mesa parecía ser una frontera entre ellos. Los integrantes Círculo los examinában con atención desde el lateral de la mesa más alejado de la puerta, Erin mantenía a su compañera a su espalda en señal protectora y el vampiro que se encontraba a su lado que era alto, con el pelo negro y lo ojos verdes, mantenía una expresión inescrutable. A la cabeza de la mesa, la menor de las hermanas de su prisionera se agarraba con tanta fuerza al respaldo de la silla que sus nudillos empezaban a ponerse tan blancos como aquella habitación, mientras clavaba su mirada en el centro de la mesa como si pudiera atravesarla, Damon notó la agitación en el pequeño cuerpo de Caroline al ver a su hermana así y se preguntó que le estaría ocurriendo pero guardo silencio.

 -¿Qué quieres de Caroline?-preguntó Erin rompiendo el silencio, Damon sintió como Caroline se tensaba a su espalda y tuvo la sensación de que algo en aquella pregunta le molestaba, frunció el ceño.

 -Eso no tiene nada que ver con nuestra oferta de una alianza y mi prioridad es esa- respondió Damon cortante.

 -¡Pues mi prioridad es sacar a mi hermana del problema en el que la has metido¡- dijo con solemnidad la mayor de las hermana.

 Damon iba a contestar pero un repentino escalofrío que le subió por la espalda se lo impidió.

 -Yo no recuerdo haberte pedido ayuda- siseó Caroline apretando los dientes en un intento por dominar su ira, Damon se sintió ampliamente desconcertado, no entendía porque ella había reaccionado así, después de todo su hermana solo trataba de defenderla.
         
 -Yo tampoco te pedí ayuda para salir del edificio y allí estabas- replicó la pequeña pelirroja con inmenso fervor. La bombilla de la lámpara empezó a parpadear, Damon paseó la mirada por la habitación y a su pesar comprendió que Dante era el único que parecía tan desconcertado como él, los otros dos vampiros mantenían una expresión estoica y la pequeña de las hermanas, que parecía palidecer cada vez más, seguía aferrándose a la silla como si su vida dependiera de ello totalmente absorta en sus pensamientos.

 - ¿Insinúas que la próxima vez querrás que te deje morir?-estalló Caroline.

 Súbitamente la cafetera estalló soltando chispas por la habitación al mismo tiempo que el dispensador de agua se congelaba, la escarcha se acumulaba en las esquinas, los cristales de las puestas se agrietaban y una gran cantidad de corriente eléctrica recorría las paredes mientras la bombilla parpadeaba luchando por no estallar tal como lo había hecho la cafetera. De pronto, un estruendoso silbido proveniente de la cabecera de la mesa  llegó a sus oídos llamando la atención de todos y provocando una abrupta e inesperada calma.

 Las miradas de todos los presentes se clavaron en los serenos ojos azules de la morena que todavía se agarraba con una mano a la silla.
  
 -¡Basta!- susurró con voz algo ronca por el desuso- Coincido con sus prioridades-continuó mirando directamente a Damon, quien no salía de su asombro- así que dejad que se centren en la alianza y resolved  vuestras diferencias cuando estéis solas.

 Inmediatamente ambas hermanas se sentaron cada una en su asiento, justo enfrente la una de la otra y al mismo tiempo desviaron la vista hacia distintas esquinas del cuarto, rehusando la mirada de la pequeña. Damon no lograba comprender el comportamiento de las tres hermanas, paseó la mirada por los destrozos de la habitación, tal y como hacían los demás, y se forzó a recuperar una expresión adusta.

 -Erin, los dos sabemos que esta alianza es necesaria para acabar con el Antiguo y que yo sepa ese es el actual objetivo del Círculo-repuso Damon de forma serena.

 -Sí, ese es nuestro objetivo, pero es evidente que no todos los líderes de la Turva están interesados en esta causa, hace poco averiguamos por qué, y no sé hasta qué punto puede ser bueno o malo aliarse con el enemigo.-bramó Erin muy serio forzándose a dejar atrás la confusión que había provocado las muchachas.

 Damon tragó saliva, él no sabía el por qué, pero tampoco veía motivo para darle esa información a Erin tal vez Caroline podría decírselo cuando él tuviera ocasión de preguntárselo. 

 -No todos los líderes, sino yo no estaría aquí y si te acercas a ellos tal vez puedas averiguar cueles serán sus próximos pasos. Necesitáis la información que os podemos ofrecer o vas a negar que...

 Abruptamente fue interrumpido por el estruendo de la ruptura de la mesa de cristal, el repentino frío la había hecho romper en mil pedazos que ahora se esparcían por el suelo blanco cayendo a los pies de todos ellos. De inmediato todos los barones buscaron señales de pelea o agitación entre las hermanas para averiguar que había vuelto a provocar la ira de Caroline y se quedaron atónitos al no encontrarlas. Damon no entendía lo que ocurría y eso lo inquietaba. Las otras dos hermanas miraban a Caroline expectantes como si esperaran una explicación, sin ninguna clase de rabia en la mirada, lo que todavía lo sumió más en la confusión.

 -¿Qué has visto?- preguntó Cristal rompiendo el silencio con apenas un susurro, pues no parecía tener fuerzas para elevar más la voz.

 En ese momento la comprensión se dibujó en el rostro de Damon que acababa de entender que lo que enfurecía tanto a su pequeña prisionera aún no había pasado, y eso lo dejó consternado sabiendo que no podría saber lo que la enfadaba hasta que pasara o ella lo contara.

 -Van forjar esta alianza-sentenció Caroline con el cuerpo en tensión y la mirada clavada en Cristal- pero a cambio de eso y gracias a nuestra querida hermana Alison, que parece incapaz de quedarse callada, tú y yo nos quedamos aquí reclutadas hasta nueva orden.

 -Tú eres mi prisionera-dijo Damon mostrándose del todo inflexible.

 Caroline giró lentamente la cabeza y la levantó para mirarle a la cara, cosa que debió de resultarle muy difícil porque aún permanecía sentada, y lo fulminó con la mirada.

 -Da la casualidad de que ya se hecho de día- dijo fríamente Caroline- así que tanto tú como tu amigo os quedáis aquí y como tú demuestras ser muy testarudo Cristal va a pasarse el día en una habitación con Dante y yo en otra contigo, sometidas a dos interrogatorios diferentes.

 Atónito Damon tuvo que reconocer que la idea no le desagradaba en absoluto, conseguiría todo lo que quería la alianza y saciar su curiosidad. Y comprendió también el por qué de la ruptura de la mesa, había vuelto a limitar su libertad.

 -¿Conforme con eso?-preguntó Erin al parecer respaldándola como una opción aceptable.

 Damon se relajó comprendiendo que le había convencido y asintió con la cabeza.  

2 comentarios:

  1. *-* Me gusta *-* Es tan chaaaaaaaaaachi. Ahora sigue escribiendo! Te lo ordeno, esclava mía!!
    Atentamente, tu kitsune favorito.

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    1. Jajajajaja bueno pues si me lo pide mi kitsune favorito tendre que hacer xDD me alegra que te guste :)

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