miércoles, 23 de mayo de 2012

Asustada y decidida

 Evelyn observaba el lago desde unas rocas, sin importarle que su hermoso vestido blanco decorado únicamente con una rosa plateada en el costado se ensuciase. En realidad, tenía la sensación de que ya nada le importaba. Sabía que las circunstancias que la habían llevado hasta lo más inhóspito de la soledad habían sido tan culpa de ella como de los que no habían hecho nada por evitarlas, pero en aquella tranquila noche de verano ya no importaba de quien había sido la culpa.

 Un viento cálido agitó sus suaves cabellos de ébano invitándola a descargar su pena. Pero Evelyn no dejaría que sus castaños ojos derramaran las lágrimas que tan febrilmente pugnaban por salir.

 Recorrió el lago con la mirada, en el agua cristalina se reflejaban la luz de la luna y las estrellas, además de las sombras de los árboles que la rodeaban. la angustia se ancló en su corazón, pues tras esa imagen encontró los recuerdos de lo que había perdido.

 Ángel la creía capaz de dejarlo matar. La había creído capaz. Dejó escapar un descorazonador gemido de dolor de forma inconsciente, la sola idea la torturaba. Habría preferido la muerte antes de decir la verdad sobre lo ocurrido sabiendo que lo condenarían a él. De todas formas el exilio por callar no sería lo peor que había tenido que soportar. Pero lo que verdaderamente desgarraba su alma  era que Ángel no había sido el único que había pensado que lo haría ejecutar, sino que también todas aquellas personas a las que ella quería, que se suponía que la conocían, ni siquiera su madre. Su propia madre la veía capaz de cometer una crueldad como aquella. El dolor las estaba consumiendo mientras Evelyn luchaba por no llorar, tal y como se había prometido.

 Ahora se encontraba sola. Ángel había luchado por una causa justa, había vencido a la adversidad, había logrado su propósito... y el precio lo había tenido que pagar ella, pero no se arrepentía, sabía que si pudiese volver atrás en el tiempo volvería a tomar la misma decisión. Las lágrimas surgieron en ese instante cubriendo su rostros porque ya no podía reprimirlas más.

 Llorando todavía, se quitó los zapatos color plata, que aunque algo gastados por el uso la había llevado hasta allí protegiendo sus pies del pedregoso camino. Recordó que la primera vez que los había visto había pensado que eran dignos de una princesa y casi sonrió, pero no lo hizo porque también recordó por qué se había puesto tan elegante el día de su exilio y el dolor fue tan intenso que Evelyn creyó que moriría en ese momento. Cogió de nuevo los zapatos y los lazó con toda su fuerza contra el árbol más cercano. El rápido movimiento la hizo perder el equilibrio, lo que la obligó a aferrarse con fuerza a la roca para no caer, y sus manos se llenaron de rasguños que comenzaron a sangrar y la hicieron resbalar.

 Se dio un buen golpe contra el duro suelo pero ella apenas sintió las magulladuras de su cuerpo pues no existía daño alguno que pudiese compararse con su pena.

 Miró aquellas aguas cristalinas que le habían proporcionado tanto consuelo en su niñez y su instinto le llevó a adentrarse en ellas. El frío recorrió su cuerpo al primer contacto con el agua pero no se dejó amedrentar por ello, continuó andando hasta que el agua le llegó a la altura del costado mojando a medias la rosa plateada. Inspiró profundamente, contemplando como parte de sus cabellos flotaban en el agua acompañados de la copa de su blanco vestido, justo antes de comenzar a nadar hacia el lugar donde sabía que el agua la cubriría con creces.

 Le fue más difícil de lo que pensaba a causa del vestido pero lo logró y al encontrarse en ese punto del lago, se preguntó por qué se habría esforzado tanto por llegar hasta allí, solo había seguido el impulso del momento. Cerró los ojos todavía anegados en lágrimas que desde hacia un rato no había dejado de derramar y confundida, sin entender por qué, decidió hacer lo que le dictaba su corazón.Se sumergió en el  agua esperando poder llegar al fondo del lago.

 Sintió como el agua la envolvía por completo tal y como sentía que las sombras se cernían sobre ella. Dejó el cuerpo laxo y disfrutó de la sensación de hallarse en un lugar en el que solo se encontraba ella, sostenida únicamente por la fuerza de las aguas que la abrazaban. Flotaba en un espacio donde sus lágrimas no se veían y donde la soledad junto con el vacío eran tan naturales que la hacían sentirse cómoda y segura. Abrió los ojos debajo del agua y se dio cuenta de que a pesar de todo quería vivir, pero había tenido que ir hasta allí para encontrar algo de paz y poder así pensar.

 Decidió salir a la superficie y cuando llegó descubrió que su necesidad de oxigeno era más exagerada de lo que había previsto, y en ese momento se preguntó cuanto tiempo había estado debajo del agua. No lo sabía
pero la cabeza empezaba a darle vueltas y ella no sabía como iba a llegar a la orilla. Se asustó había decidido vivir y se encontraba con las puertas de la muerte, lo que le pareció retorcidamente irónico, pero no se rendiría tan fácilmente, y cuando luchaba desesperada por llegar a la orilla mientras aun conservara la conciencia le pareció oír que alguien gritaba su nombre.

 Se dio la vuelta y más confundida todavía, vio a Ángel nadando hacia ella gritando su nombre mientras ella volvía a hundirse, reaccionó tratando sin mucho éxito mantener la cabeza en la superficie. Pensó que su mente le había jugado una mala pasada y que no podría salir de allí nunca más, volvía a hundirse lentamente en las profundas aguas de su lago favorito pero esta vez para decirle adiós al mundo pues ya no le quedaban fuerzas para seguir luchando.

 De pronto algo la agarró por el brazo, sacándola a la superficie, esperanzada a la vez que contrita, trató de expulsar todo el agua que se acumulaba en sus pulmones, tosió y cogió todo el aire que le fue posible en el pecho, tratando de llenar su necesidad de oxígeno, pero no era suficiente, la cabeza le daba vueltas y amenazaba con dejarla inconsciente en cualquier momento. Tardó mucho en comprender que la estaban arrastrando hacia la orilla, pero cuando lo hizo se tranquilizó un poco y se dejó llevar.

 En cuanto tocaron tierra se permitió recorrer con la mirada el rostro de su salvador y se quedó atónita al comprobar que se trataba de Ángel. Perdida en la gran cantidad de sentimientos encontrados y el hecho de su cuerpo estaba empezando con dejar de responderle creyó que o bien había muerto en el lago o bien estaba soñando. Pero él la abrazó y el calor de su cuerpo fue tan intenso e inesperado que supo que debía de ser real.

 -¿Te has vuelto loca? ¿En qué estabas pensando? ¿Qué intentabas hacer metiéndote en el lago?

 Evelyn lo miró desconcertada, intentó responder a sus preguntas pero un dolor punzante atravesaba su pecho impidiéndole articular palabra. Se aferró a su cuello y se dejó envolver en su abrazó, consciente de que pronto perdería la consciencia. No sabía que hacía él allí, pero se deleitaría pensando que la había estado buscando. Sabía que no era así ya que él la odiaba por los crímenes que su familia había cometido contra la suya, pero decidió que por una vez podía permitirse soñar.

Angie.

2 comentarios:

  1. Waa! Está genial tu historiaa! solo me he leido asustada y decidida, pero tengo que bsucar un ratillo para mirarme todo lo que has escrito :)
    Me hago miembroo!!
    saludoss

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  2. Me alegro de que te gustase :)espero el resto también te guste.
    Saludos.

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