Una habitación sin ventanas ni puertas, a
oscuras. Los demonios se rían de él entre los escombros. Un grito. Se
encontraba en la biblioteca que tanto recordaba, pero los papeles volaban por
todas partes, y el amargo sabor de la traición no desaparecía de su boca. Al
fondo estaba Tarah, pero ya no sonreía como siempre al verle, tan solo lloraba.
Desesperado corrió para consolarla, pero entre sus brazos sus heridas se
abrieron y todo volvió a llenarse de sangre en el Gran Salón. La baldosa blanca
y fría se cubrió de carmesí rojo, vibrante, efímero. Cuanto más quería ayudarla
más daño le hacía y más placer sentía. Rugió. Una risa desdeñosa atravesó el
páramo en el que se encontraba solo. Respiraba con agitación y solo escuchaba
el susurro de su voz "Quieres hacerme culpable de tus pecados, cuando lo
único que he hecho ha sido amarte". Mentiras, que se mezclaban con medias
verdades. Las llamas recorrían el círculo y el canto de su despertar se oía
cada vez más alto, hasta que resultó doloroso. Y entonces,
despertó de su sueño gritando.
Darren gritó hasta que no le quedó aire en
pulmones y se lamentó una vez más. Continuaba arrodillado en el bosque,
temblando. El sol brillaba en el horizonte dejando al descubierto su vergüenza.
Le había sido imposible no quedarse prendado de la belleza de Zulema, con su
espectacular melena rojiza y su intensa sensualidad. Lo había engatusado como a
un niño. Había conseguido ponerlo en contra de sus mayores, y ellos no había
tardado en repudiarlo, igual que ahora lo hacía él. Ni si quiera Tarah había
sido capaz de abrirle los ojos. Obcecado, había caído en su trampa, había roto
las reglas y el corazón de Tarah; más que eso, había acabado con ella. Por si
fuera poco, aquella noche había vuelto a humillarse al pedirle ayuda a Zulema,
y esperar de verdad que hiciera algo por él.
Mordió su mano y se arrancó la piel, hasta
que la sangre brotó a borbotones. Empezó a dibujar en el suelo el emblema del
espíritu guía, y recitó las palabras de aquellos viejos pergaminos que le
habían obligado a aprender. No ocurrió nada. Volvió a repetirlo dos veces más y
siguió sin ocurrir nada. Enfadado arrancó un árbol y lo lanzó contra el
siguiente derribándolo. Pero su arranque de ira no lo ayudó.
Continuó intentándolo con esmero, pero no
fue hasta el alba cuando consiguió algún resultado. Frente a sus ojos creció
una luminosa luz azulada. Nacida de entre las llamas del infierno, que tomó
forma de águila, y después de unos segundos en los que se mostró en todo su
esplendor, se inclinó ante él lista para servirle. Intentó incorporarse pero
había perdido demasiada sangre y cayó al suelo. Incluso para un inmortal como
él la sangre era algo imprescindible.
Entonces escuchó la risa estridente de un
hombre a su espalda y trató de retroceder cauteloso.
-¿Todo el día aquí para traer a la vida un
simple espíritu guía? Me esperaba algo más original.-Comentó aquella voz
socarrona.
Darren buscó entre la oscuridad la
localización de aquel sujeto que se burlaba de él. Pero no encontró más que un
cuervo, con los ojos tan negros como su plumaje, que no se perdía ninguno de
sus movimientos.
-¿Quién eres?- preguntó con voz ronca y
desgastada por el desuso.
-¡Vaya! ¡Has conseguido encontrarme a la
primera! Quizá no seas tan inútil.
El cuervo alzó el vuelo, y para su
asombro, dejó de ser un ave para adquirir la presencia humana de un hombre
alto, con el pelo largo y castaño algo revuelto. Era musculoso y lo miraba con
ojos divertidos. Parecía satisfecho mirándolo desde su posición erguida,
mientras él continuaba tirado en el suelo.
-Como si tú hubieras sido mucho mejor al
principio.- los alarmó una voz femenina que provenía del noroeste del bosque
haciendo que ambos se giraran para ver a su interlocutora.
Darren pudo ver a una mujer alta, con
generosas curvas y una piel muy morena. El cabello rizado castaño claro, le
caía despreocupadamente hasta la mitad de la espalda. Sonreía y el brillo de
la diversión florecía en sus ojos marrones. Inesperadamente, Darren pensó
que su piel parecía tierna y blanda. La odio al instante, por su sensualidad y
su interesante belleza. Le recordaba demasiado a Zulema. No dejaría que nadie
más jugase con él de esa manera.
-¿Qué haces aquí Clara?- preguntó el
cuervo, habiendo perdido todo rastro de satisfacción en su rostro. Su expresión
era seria y estaba alerta.
-¡Oh! ¿Así me saludas? Vas a herir
mis sentimientos- replicó la morena con fingido desazón, llevándose la manos al
pecho y parpadeando un par de veces más de lo necesario.
-¿Qué haces aquí?
-Clara.- Completó ella-. Te faltó decir mi
nombre para repetir exactamente la misma pregunta de antes-. Se burló muy
tranquila jugando con él, a pesar de que se veía que el cuervo estaba a punto
de perder la paciencia.- ¡Ay! Míralo se ha enfadado, es como un niño-. Dijo
como si le estuviera contando alguna peculiar confidencia, y soltando una
pequeña risita.
-¿No me estarás siguiendo?
La mujer rió con más ganas.
-No, eso es lo que sueles hacer tú
conmigo.
-Entonces ¿POR-QUÉ-ESTÁS-AQUÍ?- Arrastró
tanto las palabras que llegaron a parecer monosílabos de una sola.
-Por lo mismo que tú- respondió con
aquella sonrisa falsa que no desaparecía de su boca-. No eres el único, que
quiere conocer al nuevo catecúmeno de la inmortalidad.- Explicó mientras se
acercaba con sinuosos andares de atleta.
-¿Quieres algo de él?- preguntó entre
sorprendido y celoso, echándole una mirada despectiva a Darren que continuaba
tirado en el suelo, sin comprender lo que estaba pasando.
-No, solo vengo a observar, por ahora ¡Oh!
¡Pero qué pajarito más lindo!-. Exclamó acariciando con la yema de los dedos al
espíritu guía que Darren había invocado.
-¿No lo habías visto?- Preguntó el cuervo
sorprendido.
La mujer se puso algo tensa.
-No todos tenemos una visión tan perfecta
como la tuya.-Replicó sin apartar la vista del águila.
-¿Es eso, Clara? ¿O es que has participado
en algún ritual que arruine parte de tus sentidos?
La mujer se volvió para mirarle, su
sonrisa se hizo más amplia, y a su vez más aterradora.
-No te importa. Pero, ya que estamos los
dos aquí, vamos a hacer una apuesta.- Tiró el guante mientras en su cara se
dibujaba el triunfo.
-¿Una apuesta?
-Sí, algo para que puedas resarcir el
fiasco de la última vez. Para que me demuestres que has dejado de ser un
perdedor. Si puedes, claro.
-¿Y qué es lo que apostamos?- preguntó
tenso.
-Paso a paso, primero establezcamos en qué
consiste la apuesta. Para ganar tendrás que conseguir que el chico llegue sano
y salvo a la Cueva de las Animas, en menos de siete días.
-¿Y eso por qué? ¿Qué ganas tú con eso?
-No mucho, simplemente aprovecho la
ocasión-. Su postura parecía relajada y despreocupada, pero Darren no se dejó
engañar por su pose, y vio tan bien como el cuervo que había alguna razón
oculta que ella no estaba dispuesta a compartir.- Si pierdes vas tener que
volver a someterte a mí, durante el mismo tiempo que tardes en llegar a la
Cueva, multiplicado por siete.
-¿Y si gano?
Clara sonrió perversa.
-Tendrás lo que quisiste la última vez.
El cuervo abrió mucho los ojos sorprendido
y tragó saliva, haciendo bastante ruido.
-Acepto.
La mujer se dio la vuelta y desapareció
entre las sombras, riendo entre dientes. Entonces el cuervo se volvió hacia
Darren y cogiéndolo por la camisa lo levantó sin esfuerzo.
-¿Qué haces?- preguntó este sorprendido.
-No lo has oído, tenemos un largo camino y
una apuesta por ganar.
-Yo no voy a ninguna parte contigo- graznó
ofendido soltándose de su agarre.
-Yo creo que sí.-Afirmó con una sonrisa de
medio lado, que lucía peligrosa. -No llegarás muy lejos tú solo. Eres un novato
y casi te has desangrado para invocar un espíritu guía, no durarías ni dos
días. Pero para tú suerte ahora tenemos un objetivo en común. Yo quiero ganar
una apuesta y tú quieres salvar a tu amiguita.
-¿Cómo sabes lo de Tarah?- preguntó
exaltado.
-Bromeas, al alma de esa chica vibra
gritando su pena con tanta fuerza que no quiero ni imaginar a qué clase de
criaturas está atrayendo.
La noticia golpeó con tanta fuerza a
Darren que trastabilló y por poco perdió el equilibrio.
-¿Qué ganas tú con esto?- aventuró
cansado.
El cuervo perdió la sonrisa y por un
segundo pareció tan cansado como él.
-A ella.-Respondió escueto.- Ahora dile a
ese águila que nos lleve hasta Tans-Grem.
-Pero eso está en el este-. Comentó
confuso.
-Versado en geografía ¡Cuanto me alegro!-
Se burló.- No vamos a ir a pie hasta la Cueva de las Animas, no lo has oído tenemos
7 días como fecha límite.
-¿Entonces cómo?
-Con magia negra.
-¿Sabes utilizarla?- preguntó Darren
estupefacto.
-Sí supiera ¿Te parece que estaría aquí,
perdiendo el tiempo con neófito como tú en medio del bosque?- Preguntó con
ironía-. Pero alguien me debe un par de favores.
Darren caviló sobre los hechos sucedidos
recientemente, y decidió que lo mejor era dejarse llevar por la marea. Teniendo
en cuenta su situación, no era como si tuviera muchas más opciones.
-A Tans-Grem.- le susurró al águila
flameante, y los dos empezaron a seguirla.
-Una cosa más novato.- Llamó su atención
el cuervo mientras caminaba delante de él.-. Vamos a ir a casa de Nisgard un
gran brujo. Cuando lleguemos allí, verás a una chica muy frágil. Es la mujer de
Nisgard. No la mires directamente a los ojos, y por nada del mundo vayas a
acercarte a ella más de lo necesario.
-¿Por qué?- preguntó intrigado mientras
con su camisa hacía una venda improvisada para la mano.
-Te tendrá miedo. Esa chica se pone a
temblar delante de un conejo, literalmente. Si no sigues mis instrucciones podría
entrar en una crisis nerviosa. Créeme la visto gritar de puro terror por el
roce de su padre. El único al que no teme es a su marido. Y no queremos que
este se enfade con nosotros.
-¿Qué le ocurrió para llegar a ese
extremo?- preguntó conmovido.
-¿Qué no, quién? Nisgard le pasó.-
respondió en tono sombrío.- Tampoco menciones a Zulema.
-¿La conoces?
-Nadie conoce a Zulema. No realmente.
Angie
#ElCementerioDeLoFantástico:
Primera Parte del relato: Apertura - Por Emily Broken Rose
Aquí os dejo los enlaces de tres diferente respuesta a nuestra mamá cuervo:
Desmentiras - Por The Crazy Winter
Desmentiras - Por The Crazy Winter
Ha este fragmento del relato responderá Victoria Prince. Próximamente podréis encontrar la continuación en su blog ¡No os lo perdáis!
oooooish!!
ResponderEliminarMe ha encantado todo el salseo que hay!!! Me gusta mucho... ¿Quien es el joven cuervo? ¿Y que tiene con esa tal clara? ¿Y porque clara quiere salvar a nuestro pequeño neofito?
Oish cuantas dudas... Quiero mas salseo, mas vale que nuestra queriada Vicky Prince solucione algunas de estas cuestiones o me dara un sincope.
Esta Genial mi querida crow sister!!! Un trabajo genial.
Un besote
Me alegra mucho que te guste^^ La verdad es que tenía muchas ganas de que lo leyeras, para ver si te gustaba la continuación de tu parte, que a mi me encantó. Y si salseo hay un cacho largo xD
EliminarUn besote para ti también cow brother
Angie
Oh, vaya. Sabía que no me decepcionarías, pero esto, ESTO es monumental. Demasiados elementos, demasiado pensado todo... Me encanta, de verdad. Clara y el cuervo me parecen personajes geniales, y estoy deseando conocer al brujo y a su mujer. Pero sobre todo, ¿qué pasará con Zulema? Oh, lo has dejado demasiado interesante, has cortado en el punto justo y ahora estoy deseando leer la continuación... ¡Maravilloso!
ResponderEliminarUn frío beso,
Emily
Muchas gracias >////< Me has sacado todos los colores, me alegro muchísimo de que te guste. La verdad es que desde que leí parte de Ego me emocioné mucho, y me quedé muy contenta con lo escribí, me alegra saber que no soy la única a la que le gusta ;P
EliminarUn besote muy grande para mi mamá cuervo.
Angie
OH DIOS MÍO, OH DIOS MÍO, OH DIOS MÍO, OH. DIOS. MÍO.
ResponderEliminarEstá demasiado interesante! Sinceramente, te confieso que es una pena que lo tenga que contestar yo, porque creo que jamás estaré a ese nivel! Es impresionante, sis!
Un saludo, Vic :3
>////< Joo que contenta me pone que os haya gustado tanto a los tres. Y no te preocupes Vic que con el talentazo que tienes para escribir fijo que haces una continuación increíble ^^
EliminarUn abrazo sis cow!!
Angie